Equipo de la Universidad de Chile llega a Magallanes para determinar el impacto sociocultural y económico del castor
28/01/2019Siete profesionales de distintas áreas recorrerán la región sondeando cómo perciben, habitantes y turistas, la invasión del castor. También medirán en terreno las pérdidas económicas que esta especie exótica invasora genera en ámbitos como turismo, ganadería y recursos hídricos.
Pese al visible daño ocasionado por el castor en los bosques de Tierra del Fuego y en cuencas hidrográficas como las de río Marazzi y río San Juan, no existen datos recientes que den cuenta de los costos que la presencia de esta especie exótica invasora ha significado para la Región de Magallanes. Por este motivo, en el marco del Proyecto GEF Castor, durante los meses de enero, febrero y hasta finales de marzo, un equipo multidisciplinario de la Universidad de Chile recorrerá desde el Parque Nacional Torres del Paine hasta Puerto Williams, para realizar un completo estudio social, cultural y económico del impacto del castor en Magallanes.
“Anteriormente nosotros realizamos un estudio en donde abordamos los costos de siete especies exóticas invasoras, entre las cuales se encontraba el castor, pero sólo hicimos una estimación preliminar de impacto económico. En esta ocasión, buscamos refinar esos datos en terreno y contar con la arista sociocultural, estimando el impacto desde una lógica no monetaria, sino más bien desde las visiones, valores, actitudes y conocimiento de los actores locales para enfrentar la problemática del castor”, explicó la directora del estudio y académica de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, Claudia Cerda.
Según cifras aportadas por el estudio de siete especies exóticas invasoras del año 2017, se estimó que en 20 años se habrían perdido como mínimo, USD 73.452.698, a causa de las invasiones. “Es relevante tener claro que muy pocos impactos pudieron ser valorados económicamente respecto del castor en aquella oportunidad, por lo cual de seguro el impacto económico para el país es significativamente superior”, dijo la académica.
Evaluando nuevos impactos
Junto con actualizar y precisar mejor los datos anteriores, Claudia Cerda indicó que también buscan identificar nuevos impactos: “Por ejemplo, qué pasa con el impacto en el turismo, que económicamente no es claro. Qué pasa con el impacto en el flujo de agua para el consumo humano, que sabemos que sí ha sido intervenido por el castor y también queremos evaluar la pérdida que genera a la biodiversidad y a la ganadería”.
Tras la aplicación de las primeras entrevistas con actores locales y turistas, Cerda comenta: “Nos hemos dado cuenta que hay actores que lo plantean como parte del sistema y otros están absolutamente en contra. Mi opinión es que nuestra responsabilidad es proteger un bien superior que es la biodiversidad nacional, y en ese sentido me parece un problema que las especies exóticas invasoras sean asumidas por la sociedad como propias”.
Si bien el estudio contempla una variada gama de aspectos con el fin de tener una visión integral de la problemática, lo más novedoso es el componente sociocultural. “El tema es súper complejo y por eso hay que abordarlo no sólo desde la arista biológica o económica, sino que también cultural, porque existe la posibilidad de que algún actor se vea directamente beneficiado por esta especie exótica invasora. Es relevante comprender esos patrones de beneficio. Eso requiere mucho esfuerzo de terreno, en diseño de instrumentos, de análisis y personas capacitadas que comprendan muy bien la dimensión humana de la problemática de las invasiones”, detalló Cerda.
“El Proyecto GEF Castor, implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, y ejecutado por el Ministerio de Medio Ambiente, contempla entre sus objetivos, mejorar los marcos institucionales subnacionales para el control, la preservación y gestión efectiva de las especies exóticas invasoras, en los ecosistemas de alto valor para la biodiversidad en la Región de Magallanes y de Antártica Chilena, por ende los resultados de este estudio son claves para generar futuras normativas en torno a la gestión del castor”, explica Felipe Guerra, coordinador del Proyecto.
El estudio se desarrollará en un plazo de diez meses: entre enero y marzo se llevarán a cabo las campañas en terreno, para luego volcarse al laboratorio, donde el equipo tendrá como plazo máximo hasta agosto para hacer la entrega oficial de los resultados.