Parque Pingüino Rey valora la acción del Proyecto GEF Castor

4/12/2019

Uno de los estuarios del río Marazzi, que desemboca en las aguas de Bahía Inútil, se ha convertido en el hogar de una creciente colonia de pingüinos rey.

Al modificar drásticamente el medio ambiente, el castor provoca la aparición de otras especies que son una amenaza para los pingüinos rey. En febrero comienza la temporada de postura de huevos, y este año las esperanzas están puestas en los buenos resultados que se han obtenido con un correcto manejo del castor como especie exótica invasora.

En Tierra del Fuego, a orillas de Bahía Inútil y sobre un estuario del río Marazzi, se ubica el Parque Pingüino Rey, iniciativa de conservación que surgió como un inesperado proyecto familiar. Para la fundadora del parque, Cecilia Durán, la existencia y ejecución del Proyecto GEF Castor en la zona es una acción ecológica muy importante y ha sido fundamental para la protección de los pingüinos.

Cecilia Durán cuenta que encabezar un proyecto de conservación medioambiental surgió de forma inesperada en su vida, ya que previamente su trayectoria estaba vinculada al turismo y la ganadería. Todo cambió cuando, en 2008, en un sector poco visitado de la estancia San Clemente (de la cual ella y su marido son dueños), comenzaron a llegar algunos especímenes de pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), el segundo más grande de las 18 especies de pingüinos que existen en el mundo.

La noticia empezó a correr y los visitantes comenzaron a llegar en forma desordenada y sin control. “La gente les ponían gorros, gafas, los trataban de abrazar”, relata. Así, en 2011 y sin mayores conocimientos, decidieron que había que hacer algo para proteger esta incipiente colonia de pingüinos. Las amenazas que enfrentaban los pingüinos no eran sólo las conductas irresponsables de los humanos. Además, un serio problema que enfrentan en el parque es la presencia de especies exóticas invasoras (EEI). Aurora Fernández, hija de Cecilia e importante impulsora de la labor del parque, explica que en la estancia y en el parque viven día a día los estragos que causa en el medio ambiente la invasión del castor. La drástica alteración del medio ambiente que causa el castor al modificar cursos de agua, provoca las condiciones adecuadas para la llegada de la rata almizclera, y detrás de ella, el visón, voraz carnívoro que representa una fuerte amenaza para los pingüinos.

No sólo en el área del Parque se pueden apreciar los positivos efectos que ha tenido la ejecución de las acciones de gestión de la especie desarrolladas en el marco del Piloto Marazzi,  sino también en la laguna Ema, ubicada en terrenos de la estancia. “La laguna ahora se mantiene con agua en forma permanente, lo que antes no ocurría por las represas de los castores en la bocatoma. Ahora han vuelto a anidar especies que no veíamos hace muchos años, como el cisne coscoroba y el de cuello negro, entre otras especies”, relata Cecilia Durán.

La actividad ganadera que realizan en la estancia también se ha visto beneficiada gracias a la normalización de los cursos de agua que se ha producido tras la ejecución del piloto demostrativo. “Cuando teníamos que llevar los animales a las verandas, primero había que ir a romper los diques de los castores para desaguar, porque los terrenos estaban todos inundados”, comenta Aurora. Añade que los caminos que unen los campos también resultaban anegados y se tornaban intransitables. “Todos los días, debíamos organizarnos con los trabajadores de otras estancias para abrir las represas de los castores y poder dejar los caminos habilitados”, explica.

En febrero comenzará la temporada de postura de huevos del pingüino rey y en el parque tienen la esperanza de que este año sea mucho más fructífera, gracias a que las acciones de manejo del castor desarrolladas por el socio ejecutor del proyecto, Wildlife Conservation Society (WCS), permitieron controlar la especie en una extensa superficie de 45 mil hectáreas, con lo cual confían que los castores se mantendrán alejados de la zona donde habitan los pingüinos. Como arquitecta, Aurora se muestra impresionada de la técnica de los castores para construir las represas. “Lo aprovechan todo: hemos encontrado envases de tetra pack, botellas de vidrio, latas”, cuenta, y agrega: “Después comprendí la lógica de la construcción y aprendí dónde tenía que desarmar para hacerles más difícil la reconstrucción”.

El piloto en Río Marazzi concluyó recientemente su ejecución, por lo que en los próximos meses se darán a conocer los detalles de los resultados.